Actualidad

AHMED MOHAMED MGARA

'Resonancias', "un grito en pro de Tetuán, Al-Andalus y el hispanismo marroquí"

10/06/2009

Texto y Foto : Ferdaous Emorotene- Tánger.


El escritor hispanista, periodista y poeta Ahmed Mohamed Mgara presentó ayer por la tarde en el Instituto Cervantes de Tánger su séptimo libro ‘Resonancias’, "un grito en pro de Tetuán y de Al-Andalus y del hispanismo marroquí".

"Es un canto inconcluso como toda obra que sale del alma”, declaró el escritor tetuaní y agregó que su obra es “un jardín de sinceridades”.

Se trata, dijo, de un libro “un poco crítico, donde hay un juego de palabras porque, desgraciadamente, todavía no se puede decir lo que se siente, ni lo que se quiere”.

“Sufrí mucho cuando estaba escribiendo muchas partes de este libro”, confesó el autor. “Al ver cómo está Tetuán y lo abandonada que está…Para mí, Tetuán enviudó antes de esposarse”, afirmó. El escritor, recordando con nostalgia su ciudad natal la describe como “el primer amor que tuve que curiosamente lo compartió conmigo mi padre”.

Asimismo, Ahmed Mgara, como uno de los más conocidos hispanistas del norte de Marruecos, defendió el ‘hispanismo marroquí’. “Es un puente invisible; está calando en muchas almas y está dando a conocer muchos datos ignorados o desconocidos tiempos atrás en una y otra orilla”.

Por otro lado, el escritor tetuaní señaló que “entre España y Marruecos hay más lazos de unión que puntos de frustración y de separación”. “Hay un árbol plantado en Al-Andalus, pero sus frutos se están dando aquí en Marruecos, y que se llaman los moriscos”, apuntó Ahmed Mgara.

El poeta marroquí relató también su opinión de la inmigración. “Creo en la inmigración…y siempre pensé que Tarik Ibn Ziad, el primer hombre que abrió Al-Andalus fue el primer espalda mojada”.

’Resonancias’, libro editado por la Fundación Dos Orillas de la Diputación de Cádiz, fue presentado en este acto a través de su director, Patricio González, quien apuntó que “es un libro de aproximación y de reencuentro y de amistad sincera entre las dos orillas del Estrecho, y también un cúmulo vivencia y de pensamiento de Mgara hacia su entorno más cercano pero también lo más lejano”.