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EN REINO UNIDO

El primer ministro chino protagoniza un nuevo zapatazo durante un discurso

03/02/2009

El primer ministro chino, Wen Jiabao, vivió ayer una reedición del zapatazo protagonizado hace un mes por el ex presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en Irak, después de que un miembro del público que asistía al discurso que pronunciaba en la Universidad de Cambridge le arrojara un zapato que, no obstante, quedó lejos del mandatario, según los testigos.

El suceso culmina una serie de acciones de protesta convocadas en Reino Unido para condenar la política de Derechos Humanos de China y, especialmente, la situación del Tíbet, y que supusieron el domingo en Londres la detención de cinco personas que trataron de acercarse a Jiabao.

De igual forma, ayer, los activistas se concentraron en el exterior del residencia oficial del primer ministro británico, Gordon Brown, a la que el dirigente chino se trasladó para mantener una entrevista tras la que el británico abogó por estrechar la colaboración de ambos países.

Sin embargo, la apelación de Brown topó con la polémica de la visita de Jiabao y las reacciones desencadenadas, de la que destacó el zapatazo propinado por un joven que lo llamó "dictador" antes de ser desalojado de la sala por los guardias de seguridad.

El propio dirigente calificó el suceso de "despreciable", pese a que el objeto pasó lejos de él cuando se encontraba prácticamente concluyendo una conferencia sobre economía global en la universidad británica. Precisamente el autor de la acción reprobó que la institución académica albergase el acto, según Reuters, al preguntarse: "¿Cómo puede la universidad postrarse ante este dictador?" antes de ser arrestado como sospechoso de un delito contra el orden público.

Previamente, Jiabao había evaluado con Gordon Brown la situación financiera internacional y escuchó cómo el mandatario británico decía "compartir la determinación" para hacer frente a la crisis. Por su parte, consideró necesario proceder a "esfuerzos concertados para hacer frente a los desafíos comunes" que representan los "peligros de un mercado totalmente desregularizado".