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SUCESOS
Muere un marino marroquí en el ferry Seté-Tánger tras saltar al agua
30/08/2011
Los pasajeros del ferry marroquí ‘Biladi’ (en la imagen) que embarcaron el pasado 26 de agosto de la ciudad francesa de Sete rumbo a Tánger tuvieron que esperar varias horas antes de abandonar la zona de embarque, porque dos empleados de la nave habían saltado desde la parte superior del buque, de 20 metros sobre el nivel del mar, unos minutos antes de la salida.
El primero, un hombre de 30 años, fue hallado su cuerpo, mientras que el segundo todavía está perdido pese a los esfuerzos desplegados de los rescatadores que se han visto obligados a abandonar su misión por las malas condiciones climáticas y la falta de visibilidad.
Según varios periódicos los dos miembros de la tripulación (camareros de bar) que habían sido contratados, hace dos días parecen haber tenido la intención de emigrar clandestinamente.
De acuerdo con los convenios internacionales en Ginebra y Londres y los acuerdos bilaterales firmados por el Marruecos y en virtud del Convenio Internacional del trabajo del 13 de mayo de 1958 se otorga a todos los marinos y empleados de los buques un folleto llamado fascículo que les proporciona independientemente de su nacionalidad circular libremente en cualquier zona portuaria, durante el tiempo de escala. Entonces, ¿por qué los dos empleados han arriesgado sus vidas teniendo esta ocasión de circular libremente en la zona de embarque del puerto de Sete?
Según el testimonio de un antiguo camarero en el buque Marrakech, recogido por el diario marroquí ‘Libération’, “la cuestión de la libertad de movimiento de la tripulación no se le otorga a todo el mundo, es estrictamente reservada a los antiguos empleados".
“De hecho, a veces el comandante o el capitán confisca los documentos a algunos marineros una vez que el barco zarpa hacia la orilla norte del Mediterráneo. Incluso no se les permite abandonar el barco”, añade el camarero.
© Diario CALLE DE AGUA