Entrevistas

 

 

 

La idea nació hace cinco años, cuando un grupo de ciudadanos preocupados por diferentes problemas de conflictividad juvenil en la región decidieron crear una plataforma conjunta para dar soluciones a diferentes problemas de convivencia y cohesión social que existían. Ahí nació todo. La entidad cogió forma y se construyó lo hoy día se conoce como Xarxa de Cnvivència.

 

 

Es una entidad que representa un proyecto integral donde se trabaja la convivencia a través de una visión totalmente global: la juventud; la infancia; la gente mayor; la cultura; el deporte; la psicología; la atención jurídica… todo lo que sea susceptible de cohesión se trabaja. 

 

 

Hay muchos. Pero los principales son ayudar a jóvenes en riesgo de exclusión social y construir puentes sociales que unan a las personas. 

 

 

Es una entidad muy activa. Actualmente hemos puesto en marcha un nuevo proyecto que se trata de una Librería Social. Un espacio de intercambio de libros de segunda mano que gestionan los abuelos y los jóvenes. Además es un espacio de talleres, charlas y encuentros. Es nuestra nueva sede social. Además de crear este tipo de proyectos de más grande envergadura lo que hacemos es fomentar la formación de jóvenes, ayudarles en su progreso personal, soporte y orientación. 

 

 

Al ser un objetivo tan amplio como es la convivencia no nos cerramos absolutamente a ninguna edad. De 0 a 500 años las personas son bienvenidas. Sin importar su ideología, cultura o procedencia. Entendemos las personas por lo que son y aportan de positivo a la sociedad.

 

 

Básicamente nos autofinanciamos mediante iniciativas puntuales. Pero también recibimos soporte de las administraciones en forma de subvención. Otra forma de financiarnos es a través de los premios. 

 

 

De todas partes. No nos preocupa su procedencia sino lo que nos aporta como personas. 

 

 

Para mucho. Aprender a gestionar equipos, capacidad de liderazgo, de resolver todo tipo de problemas, a comunicar, a dar vida a las ideas, a ayudar a quien más lo necesita. La vida asociativa hace crecer a una persona tanto profesionalmente como personalmente. 

 

 

Con gran alegría pero sobretodo con un enorme sentido de la responsabilidad. Hay que ser consciente que se trata de un premio que representa unos valores. Es una señal de que el trabajo va en buena dirección. No significa que aquí se acaban las cosas, sino que siempre hay que tener una inmensa visión de futuro. Utilizarlo para progresar. 

 

 

Mucho. Supone un balón de oxígeno. A veces las personas que se dedican al mundo social tienen un poco de miedo interior a hacer bien las cosas. Este tipo de premios te dan fuerza, energía y toda la capacidad necesaria para seguir adelante, te demuestra que el camino es el correcto.

 

Estamos predestinados a entendernos y convivir. Dejando las etnias a parte… somos personas. Y como tales compartimos la misma ilusión de vivir lo mejor posible. Compartir es mejor que competir. Hay que ser capaces de entender nuestras diferencias culturales como gran riqueza para progresar y caminar hacia adelante, sin dejar a nadie atrás. El secreto está en ponerse un momento los zapatos de otra persona, recorrer su camino, caer las veces que ha caído… para darse cuenta, con gran sentido de la empatía, que de hecho cometemos errores y no dejamos de ser seres humanos con las mismas virtudes y defectos. 

 

 

Es nuestro día a día. Elegir la convivencia como área de trabajo te permite desenvolver todo tipo de iniciativas a favor del conjunto de las personas desde mil y una vertientes. 

 

 

Me dedico al mundo de la comunicación y soy Técnico en Turismo. De hecho: motivar, comunicar, despertar sensaciones para el cambio tiene mucho que ver con el mundo asociativo. 

 

 

En Cataluña siempre ha habido un sistema de integración muy bueno. Es una tierra que se acerca a las personas y las hace sentir como en casa. Evidentemente, como en todos los lugares, puede haber problemas… estamos atravesando una situación económica difícil y queramos o no a veces las pequeñas tensiones se vuelven más grandes. Pero hay que ser inteligentes y resolver nuestras diferencias a través de la concordia y el dialogo. 

 

 

El futuro no es más que el presente modificado. Así que hoy es el momento de construir el mañana… y hoy me imagino un mundo más justo socialmente

 

 

Los desafíos más grandes que puedan existir son los mentales. Destruir esas barreras que nos imponemos es nuestro gran reto. Debemos repetirnos una y otra vez: Sí puedo, sí quiero, sí es posible…

 

Ninguno. Quien quiera puede. La mayor dificultad es querer. Una vez tomas la decisión, te das cuenta que es la mejor en tu vida. 

 

No, similar no porque este problema no sería transportable a Marruecos en la actualidad. Pero otro tipo de entidad, tal vez una asociación para promover a jóvenes talentos.

 

 

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