Actualidad

CULTURA

La Cinemateca de Tánger explica su filosofía en Barcelona

21/07/2011 La Cinemateca de Tánger, una institución cultural de referencia en el Magreb, se instalará en el palacio de La Virreina de Barcelona entre los meses de julio y diciembre, cuando programará un variado ciclo de películas que descubrirán los paralelismos entre la capital catalana y la ciudad marroquí.

La Cinemateca nació cuando un grupo de artistas y profesionales del cine crearon una asociación para salvar el mítico cine Rif, construido en 1938 y situado en la plaza del Gran Zoco.

El edificio se salvó y desde 2007 alberga esta particular filmoteca, dirigida por la artista Yto Barrada, que este jueves ha remarcado en rueda de prensa lo significativo de un equipamiento que en pocos años ha conseguido reunir a un vasto segmento de público.

Acuden desde jóvenes ávidos de cultura, hasta las más selectas élites intelectuales, pero también señoras en busca de los éxitos comerciales del cine egipcio, ha comentado a modo de ejemplo.

El director del Virreina Centre de la Imatge, Carles Guerra, se ha mostrado particularmente orgulloso de esta iniciativa, que concibe como un proyecto de "cooperación internacional", porque ayudará a dar más visibilidad a esta institución.

Entre las iniciativas, además del escaparate que supone su presencia momentánea en Barcelona, destacan la publicación en septimebre de un libro en cinco lenguas --catalán, castellano, inglés, francés y árabe-- que ayudará a que la Cinemateca se perciba como algo "modélico", ha dicho Guerra.

Las proyecciones empezarán este jueves con 'La corona negra', de Luis Saslavsky, e incluirán todo tipo de géneros: ensayos de cine experimental, videoarte, e incluso el pase de las primeras fotografías en color de Marruecos.

Se trata de las imágenes del fotógrafo y director de cine Gabriel Veyre, que de joven fue contratado por los hermanos Lumière como ayudante de cámara y en 1901 se convirtió en el fotógrafo oficial del sultán de Marruecos, lo que le llevó, 30 años más tarde, a recorrer todo el país creando un archivo de la vida cotidiana.

Barrada ha asumido que las arriesgadas propuestas que suele hacer en la sede de Tánger, tienen que luchar contra los cines comerciales y en un contexto de escasez económica.

Así, ha recordado que en los tres cines que quedan en Tánger --hace años había hasta 25-- el público es mayoritariamente masculino, se puede fumar, y aunque la sala está a oscuras, las ventanas están abiertas y corre el aire, afirmó.
© Diario CALLE DE AGUA