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EXPOSICIÓN
Antonio Fuentes: Reflejo de la esencia tangerina
18/02/2009
M. Gharbi.- Tánger
Todo un siglo dedicado a la creación. De esta forma se puede resumir la trayectoria artística del pintor tangerino Antonio Fuentes (1905-1995), que desde ayer y hasta el 17 de marzo protagoniza una exposición en la sala Mohamed Drissi de arte contemporáneo en la Delegación de Cultura de Tánger.
'Tánger visto por Fuentes' reúne una variedad de obras muy singulares que reflejan el estilo expresionista del pintor definido como "alegre, colorista, dinámico y sonoro" por su sobrino, Alfonso Fuentes.
La muestra se divide en "dos grandes series, en la primera Fuentes está presente en la ciudad, integrado en ella; sale a la calle y plasma lo que percibe de la ciudad con la técnica del expresionismo que la ha traído de París".
En la segunda "ya no retrata Tánger desde fuera, sino que lo hace desde dentro", como la serie 'Las Catedrales'. En ella, Fuentes presenta "la conjunción pacífica y armónica de las tres culturas tangerinas, la cristiana, la judía y la árabe"
"Son grandes espacios de estructura 'cuasi-gótica' donde en cada espacio interior aparece representada, a modo de retablo, una escena espiritual y religiosa de cada religión, creándose una única realidad espiritual”.
En la exposición hay otra pequeña serie donde se presenta de nuevo Tánger en escenas del interior y exterior de los cafés, lo que define precisamente el concepto de las dos grandes series, siempre Tánger visto por Fuentes.
La exposición está organizada por la Asociación Cultural Antonio Fuentes y comisariada por Omar Salhi. “Sin la colaboración del Ministerio de Cultura del Reino de Marruecos, su delegado en Tánger y el comisario de la exposición, no podríamos haberla hecho”, asegura Alfonso Fuentes.
Antonio Fuentes, de padres españoles, nació en 1905 en Tánger, donde murió noventa años más tarde. Su ciudad natal es protagonista de gran parte de sus obras y la retrata no como un lugar exótico en el que se refugie a trabajar, sino que lo hace 'por dentro', como un tangerino más.
Cuando llega a París en 1928 escapando del academicismo de Madrid, sus amistades no las hace entre los jóvenes artistas españoles. Durante la Segunda Guerra Mundial sale de París, donde ya se presentía la ocupación alemana, siguiendo las indicaciones que Picasso le hace, Fuentes vuelve a Tánger y se instala en la medina, frente a la mezquita de los Aissaouas.
Murió en Tánger el 25 de julio de 1995, sin haber dejado de trabajar un solo momento. Incluso en sus últimos días le molestaba que le distrajeran. No quiso abandonar su casa-estudio de la medina hasta un día antes de su muerte, que se produjo en el Hospital Español de Tánger.
Mari Paz Mateo y Manuel Rodríguez-Ballester, profesores del Instituto Español de Tánger en la época, fueron sus últimos acompañantes. El 20 de julio de 1995 fueron a visitarlo como casi todos los días. Les dijo que la pintura le daba la vida cuando le ofrecieron una cajita de acuarelas como regalo.
© Diario CALLE DE AGUA