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ENCUENTRO

III Foro Hispano-Marroquí de Mujeres Empresarias

 |  12/11/2008
III Foro Hispano-Marroquí de Mujeres Empresarias

Maribel Posadas

Cádiz acogió en días pasados la tercera edición del Foro Hispano-Marroquí de Mujeres Empresarias con el que se pretendía estrechar lazos e intercambios comerciales entre las mujeres empresarias de una y otra orilla del Estrecho.

El encuentro, organizado por la Asociación de Empresarias y Profesionales de la Provincia de Cádiz (AMEP), acogió asimismo a empresarias de otros países, aunque su principal objetivo es consolidar las relaciones de negocio entre España y Marruecos, incrementando la cohesión y la colaboración económica y empresarial, así como el fortalecimiento y la ampliación de las redes entre las empresarias de los países del triángulo atlántico-mediterráneo.

A este congreso asistieron, entre otras emprendedoras marroquíes, Mariam Almuaddin, Amal Saadioui, Leila Lotfi, Hanan Messouab y Soummaya Batani, que se dedican a sectores tan dispares como la construcción, la costura, la comunicación y el marketing o la comercialización de artículos producidos en cristal de Venecia y Bohemia.

Todas ellas resaltaron las facilidades que el actual monarca de Marruecos Mohamed VI ha puesto al servicio de las mujeres emprendedoras del país con iniciativas políticas. En este sentido, Amal Saadioui, fundadora de una agencia de comunicación con sede en Tetuán, indicó que "cuando hay voluntad política las puertas se abren más fácilmente", al tiempo que aseguró que la mujer marroquí "está mejor que nunca", puesto que los bancos conceden créditos a las empresarias -cosa que antes no hacían- y se han abierto numerosos centros de formación para ayudarlas a la hora de crear una empresa con acompañamiento durante el primer año y con asesoramiento en todos los aspectos, desde el financiero al jurídico o al puramente comercial.

Amal Saadioui es uno de los claros ejemplos de la mujer marroquí actual. Cursó estudios superiores en su país y después marchó a Francia para realizar un máster en comunicación. Está casada, al igual que muchas de sus compatriotas empresarias que asistieron al encuentro y la mayoría tiene hijos. Todas ellas comparten las labores familiares con las responsabilidades del trabajo. Es el caso de Mariam Almauaddin, que regenta un taller de costura tradicional marroquí para ropa de moda que luego vende en su propia tienda en la ciudad de Martil, en la provincia de Tetuán.

Mariam Almuaddin asegura que en su país "trabajan todos, tanto el hombre como la mujer" y criticó que en España se tenga una idea tan equivocada de Marruecos en cuanto a la libertad de la mujer y otros tópicos. Aunque ella tuvo que abandonar la carrera de Geografía e Historia para cuidar a sus tres hijos, asegura que "no podía quedarse en casa sentada" y fue entonces cuando aprendió a coser y al cabo de los años, en 1993, fundó su propio negocio en el que, asegura, "su marido no se entromete". "Cada uno tiene su vida y su trabajo, y él no me pide nada del dinero que obtengo del mío", afirmó.

Un caso similar es el de Soummaya Batani, aunque ella sí que comparte su trabajo con su esposo. Soummaya dirige una empresa de comercialización de lámparas de cristal de estilo clásico y otros artículos de vidrio de Venecia, Bohemia y Morano (Italia). Durante 24 años fue representante en exclusiva para el norte de Marruecos de una importante fábrica italiana, experiencia que supo aprovechar para montar su propia empresa, ubicada en Tánger.

Soumaya asegura que su país ha sufrido en los últimos años un importante cambio de mentalidad. "Hace 40 o 50 años la mujer estaba apartada, como en España, pero ahora Marruecos es un país que avanza con rapidez; la gente ha cambiado y, sobre todo, las mujeres. El rey ha dado una importancia especial a la mujer, lo que se puede ver en que su propia esposa es ingeniera...", comenta. Además, "los hombres también han entendido que es mejor coger de la mano a la mujer para avanzar, en lugar de darle la espalda".

Sin embargo, no todo es maravilloso y fácil para las mujeres emprendedoras, por ello, asegura, al igual que el resto de sus compañeras, que "todavía queda mucho que hacer y mucho camino por recorrer". Este aspecto es más visible en la historia de Leila Lotfi y Hanan Messouab, quienes después de cinco años dirigiendo una empresa de arquitectura interior han decidido lanzarse al sector de la construcción debido a las necesidades y peticiones de los clientes. Aunque aseguran que les está yendo bien, no dudan en afirmar que el campo al que ellas se dedican es un terreno casi exclusivo de los hombres y por ello han tenido que "luchar mucho" para hacerse un hueco.

Todas ellas destacaron la importancia de asistir a congresos de este tipo en España, puesto que es el segundo país inversor en Marruecos, y donde Andalucía juega un papel protagonista. "Las relaciones con España son excelentes; ahora más que nunca hay muchas empresas que se instalan en lugares como la zona franca de Tánger", explica Amal, quien como el resto de sus compatriotas asistentes al encuentro, está interesada en colaborar con empresas de la provincia de Cádiz o de otros ciudades españolas y por ello son asiduas a las ferias que se celebran en Andalucía u otras regiones.

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