Una concentración frente a la sede del diario en árabe, Al Ahdath Al Maghribia tuvo lugar el pasado jueves 5, con la presencia de un centenar de periodistas, acompañados de activistas de los derechos humanos y sindicalistas, expresaron su protesta en contra de la llamada al asesinato contra el redactor jefe del diario, Mokhtar Gaziui.

Se corearon consignas para expresar la solidaridad con el periodista de este diario publicado en Casablanca. Los concentrados agitaban pancartas que decían, 'No llamar a asesinar en nombre de la religión', 'Todo por la libertad de expresión', 'No toques la libertad de la prensa'.

La convocatoria a la violencia, realizada hace una semana por el eximán de la Uchda, Abdalá Nahari, ha generado una gran indignación por parte de los periodistas. A la cabeza de ellos, estaba el presidente del Sindicato Nacional de la Prensa Marroquí (SNPM), Younes Muyahid, quien afirmó que "la posición de SNPM está basada en los principios universales de los derechos humanos y la legislación marroquí, que tipifica como delito la incitación al odio y al terrorismo. La arenga de Nahari, era evidente que es una llamada al asesinato. A su vez, expresamos nuestro apoyo y solidaridad con Mokhtar y todos aquellos que deseen hablar sobre las libertades individuales. Los presentes aquí hoy representan una muestra de la sociedad marroquí, que condena a la mayoría de estas prácticas."

"Hay que recordar que en nuestra vecina Argelia, las cosas comenzaron de la misma manera y terminaron matando a un centenar de periodistas y artistas", dijo.

Dirigiéndose a la audiencia, el director de Al Ahdath Al Maghribia, Mohammed Labrini, dijo: "Estoy orgulloso de tí, de todas las fuerzas de mi país. Este caso me recuerda que hubo acciones similares que terminaron con el asesinato de Omar Benjelloun. También hubo una reacción de los marroquíes y especialmente los ulemas para evitar este tipo de criminales. Lo que se requiere es poner fin a este tipo de arengas criminales. Espero que se rompa su silencio para expresar su indignación contra este tipo de apelación o de incitación al asesinato."

En una declaración al diario en francés 'Liberatión', aclaró su posición: "Rechazo categóricamente tales recursos. Mi esperanza es que esta sea la última llamada para el asesinato y que la libertad de expresión siga siendo la única manera de resolver nuestras diferencias".
 
En el breve discurso que dio a los manifestantes, el periodista de Al-Ahdath Al Maghribia destacó que "el mensaje clave a recordar es que la libertad de expresión es un derecho garantizado en Marruecos y que no hay que hacerle daño. Creo que nuestro mensaje es claro: no vamos a ceder a estas amenazas y no vamos a renunciar a nuestra libertad de expresión. Para mí, la libertad es una solución, no un problema".
 
Por su parte, Moulay Ahmed Douraidi, miembro de la 'Coordinadora de solidaridad con los periodistas', llamó por una parte, al castigo de todos los actos y palabras que puedan confiscar la inviolabilidad de los derechos humanos, es decir el derecho a la vida y, en segundo lugar, mostrar su solidaridad contra el terrorismo intelectual.

Koukas Abdelaziz, un experiodista de Al Ousboue Assahafi, vino a expresar su solidaridad con su colega, y dijo: "El debate público sobre las libertades civiles tiene lugar de forma muy normal entre los componentes de la sociedad. Sin embargo, debe permanecer para debatir ideas diferentes y no deben excederse los límites o que contengan incitación al asesinato. La diferencia o divergencia es legítima en una democracia, pero lo que no es aceptable es el uso de la violencia en el debate público".

Mohammed Lashkar, secretario regional de la Federación Democrática del Trabajo (FDT) en Casablanca, expresó su total solidaridad de su sindicato con Al Ahdath Al Maghribia y todas las voces democráticas, antes de añadir: "No vamos a permitir que nadie hable por nuestra religión o de la autoridad en el ejercicio de la religión."
 
La Fiscalía de Uchda ordenó la apertura de una investigación sobre este asunto y la Policía Judicial llevó a cabo el interrogatorio de dos partes, a saber, el ex imán, Abdellah Nahari y el periodista Mokhtar Ghazioui. Este último dijo que quería esperar a los resultados de la investigación por la Justicia antes de decidir sobre cualquier acción.