El futuro de las relaciones marroquí-españolas está supeditado a "una cooperación cultural profunda basada en la comprensión mutua", afirmó Mohamed Chaib, diputado de origen marroquí en el Parlamento regional de Cataluña.
Chaib, miembro de la delegación que acompaña al alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, quien terminará hoy su visita de trabajo a Marruecos, destacó en una entrevista concedida a la agencia marroquí MAP, que el diálogo intercultural constituye una herramienta de comunicación entre ambos países para reforzar los vínculos históricos que los unen.
El diputado catalán, también presidente de la Federación de Entidades Catalanas de Origen Marroquí (FECCOM) que agrupa a más de 45 entidades y a asociaciones representantes de la comunidad marroquí residente en Cataluña, destacó el carácter “histórico e importante” de esta visita susceptible de dar un nuevo impulso a las relaciones entre Marruecos y esta región de España, primer socio comercial del Reino.
Evocando la creación de la Casa de Marruecos en Barcelona, Chaib subrayó que esta nueva estructura “contribuirá no solamente a reforzar la integración de la comunidad marroquí residente en esta región, sino más bien será una exposición abierta y permanente que refleja la verdadera imagen de un Marruecos que cambia y se moderniza”.
Este centro cultural de Marruecos en Cataluña, el primero de su género en España, permitirá también dar a conocer la riqueza cultural del Reino, dijo antes de añadir que dicho espacio contribuirá igualmente a consolidar las relaciones marroquí-catalanas, tanto a nivel político y económico como cultural.
Por otra parte, Chaib señaló que Europa siempre ha considerado a Marruecos como una puerta abierta hacia África y el Mundo árabe, habida cuenta de la posición geográfica estratégica del Reino y de su papel importante en la escena internacional, en particular, en lo que se refiere al conflicto en Oriente Medio.
En cuanto a la cuestión de la integridad territorial del Reino, Chaib subrayó que la iniciativa marroquí de conceder una amplia autonomía a sus provincias sureñas, representa “una solución viable y razonable para resolver definitivamente el conflicto del Sahara que ha durado más de 35 años”.
El proyecto de autonomía, que se inspira de las experiencias de algunos países europeos, como la de la región de Cataluña, está en condiciones de ofrecer a las poblaciones saharauis “un futuro mejor y una vida digna”, concluyó.