Todos los trabajadores locales, nacionales o extranjeros residentes en la provincia de Huelva, que quieran trabajar en la campaña de recolección de la fresa, lo podrán hacer y todos los empresarios agrícolas dispondrán de la mano de obra que precisen para que la campaña de este año se desarrolle con total normalidad.

Son dos premisas con las que se planifica la recogida de la fresa, que hasta ahora no se han podido compatibilizar sin la mano de obra de inmigrantes contratados en origen, una modalidad que para la próxima campaña, que comenzará a primeros de año, se mantiene exclusivamente a casos de extrema necesidad y a un único país: Marruecos. La intención del Gobierno central es priorizar la mano de obra local (como ya ocurrió en la campaña de plantación que acaba de concluir), aunque se ha previsto un cupo de reserva para evitar que los empresarios se queden sin mano de obra en momentos puntuales .

La Comisión de Flujos Migratorios (en la que están presentes empresarios, sindicatos y administraciones) se reunió ayer para comenzar a estimar la mano de obra necesaria para la recolección del oro rojo, que cada año emplea en la provincia a unos 60.000 temporeros. La primera fase (en enero) se suele cubrir con el personal disponible en cada municipio (en la provincia hay 21 pueblos freseros) y es a partir de febrero cuando los empresarios reclaman más mano de obra, aunque es el tiempo el que determina el momento clave de recolección y es precisamente esta circunstancia la que obliga a garantizar que en cualquier momento se pueda ampliar el número de trabajadores que recogen el fruto para acortar el tiempo en el que se lleva a cabo el proceso.

Aún no se han puesto cifras al cupo de trabajadores que serán necesarios para la próxima campaña, aunque lo que se tiene claro es que la prioridad es para los trabajadores locales, para dejar la contratación en origen en un segundo plano. A pesar de ello, se quieren dejar atados todos los cabos y se cierra esa posibilidad a un único foco: Marruecos. Elegido por tres motivos, el primero, que es un tercer país (la contratación en origen es exclusiva para países no comunitarios); el segundo, que mantiene convenios de empleo con España desde el año 2001, y el tercero, que ya cuenta con una experiencia en esta materia, que desde todos los ámbitos se califica de exitosa (desde 2004 garantiza la llegada de mujeres que están dispuestas a venir a Huelva para la campaña y además asegura el retorno a su país de origen una vez que ha finalizado el proceso).

La llegada de estas trabajadoras, en caso de que sea necesaria, se agilizará gracias al convenio que se ha firmado con la embajada de Marruecos, que permitirá la expedición "rápida" de visados para recortar el tiempo de tramitación, según apuntó ayer el subdelegado del Gobierno en Huelva, Manuel Bago, que presidió la reunión de la Comisión. Una reunión en la que una vez más se insistió en la utilidad del sistema GEA para la gestión del empleo agrario que depende de la delegación de Empleo y que sirve de base para la inscripción de quienes estén dispuestos a trabajar en la campaña agrícola; así como exclusividad de emplear en las plantaciones a quienes lleguen con un preacuerdo de contrato: "Sin cerrar previamente la relación laboral será imposible trabajar", sostiene Bago. Una idea que coincide con la de Juan Antonio Millán, alcalde de Cartaya y presidente de Comisión Onubense de Municipios con Inmigración, que mantiene que "para trabajar en la campaña onubense es imprescindible contactar previamente con los servicios públicos de empleo". A partir de ahora y durante las próximas semanas se analizarán las ofertas de empleo de los empresarios y la demanda de los trabajadores para intentar casarlas entre sí.