El Gobierno marroquí había rebajado la previsión de crecimiento para el año en curso a un 4,2%, frente al 5,5% inicialmente previsto en la declaración gubernamental ante el parlamento. Ahora, según las previsiones del Alto Comisionado para la Planificación (HCP) aún se rebajaria una décima más, hasta el 4,1%.
El ministro de Economía y Finanzas, Nizar Baraka explicó hace unas semanas que esta baja en las previsiones de crecimiento se debe a la contracción económica en los principales socios comerciales de Marruecos, todos de la Unión Europea (UE). También citó las condiciones climáticas (en referencia a la falta de lluvia en este otoño-invierno) como factores que obligarán a una revisión de la Ley de Finanzas de este año.
Para 2012, las actividades no agrícola se prevé que aumenten al 4,9%, mientras que el sector primario, experimentará un descenso del 2,2% mientras que la inflación ascenderá a un 2,1% frente al 1,3 de 2011.
Unas previsiones de crecimiento de 5,5 % en el quinquenio 2012-2016 formaban parte de algunas de las "promesas estrella" del programa del Partido Justicia y Desarrollo (PJD), ganador de las elecciones de noviembre, aunque ya durante la campaña los economistas habían advertido contra el excesivo optimismo.
El ministro también enfrió los ánimos al anunciar que el déficit presupuestario se ha agravado más allá de lo esperado, aunque no dio cifras exactas, y se limitó a recordar que "estamos lejos del 4 % de déficit registrado en octubre de 2011", según dijo en una entrevista con el diario ‘L'Economiste’.
El ministro achaca el agravamiento del déficit al "esfuerzo del gobierno por mantener las subvenciones (a los productos de primera necesidad) y el mantenimiento del consumo en los hogares".
La llamada Caja de Compensación, como se llama a la subvención de hidrocarburos y gas butano más la harina de trigo y el azúcar, supuso el año pasado un 20 % del presupuesto del Estado, cifra que estuvo por encima de las previsiones ya que fue reajustada a mitad de año para paliar el descontento social desatado durante la llamada ‘primavera árabe’.