Por segunda vez, la bandera marroquí fue ondeada en la Antártida. El mérito de esta hazaña se debió a los dos marroquíes Abdallah Essadiq y Khalid Gourad, que se embarcaron a bordo de un barco científico americano, después de haber cruzado las peligrosas aguas del Océano Antártico.
Los dos amigos, originarios de Kenitra, que tienen un gusto pronunciado para la aventura, forman parte de una expedición científica en la cual toman parte aproximadamente 84 exploradores de distintas nacionalidades cuyo objetivo es el estudio de la flora y fauna del paisaje antártico.
Para realizar un proyecto de esta envergadura, estos dos marroquíes necesitaron de un año de preparación. Era necesario planearlo todo y no dejar nada aleatoriamente, desde las prendas de vestir adaptadas para el frío polar, pasando por las fuentes de financiación de un crucero tan costoso hasta la elección del itinerario y los medios de transporte adecuados. Su tarea se facilitó enormemente cuando una sociedad americana de telecomunicaciones con sede en los Estados Unidos aceptó patrocinar el viaje.
Los dos aventureros se dieron cita en Buenos Aires en donde adjuntaron todo el equipo científico que embarcó a bordo del buque a partir de la ciudad de Ushuaia, situado al extremo sur de Argentina. Al cabo de algunos días de travesía, su barco finalmente atracó en el continente de hielo, donde Abdallah y Khalid se apresuraron para realizar la misión para la cual habían venido que era poner la bandera marroquí en el centro esta tierra reservada a la paz y a la ciencia.
Se trata de la segunda hazaña de esta índole después de el realizado en 2006 por la astrónoma marroquí Meryem Chadid, que fue la primera mujer en pisar el suelo de la Antártida.