“Los heraldos del neoliberalismo”, presentan “el doble rostro del progreso” como un avance, cuando en realidad está dejando en el desastre “mares y ríos contaminados y bosques enfermos”… No es una utopía, dijo, “poner coto al despilfarro, hacer que la población considere que poseer lo indispensable con la máxima eficacia” sea la solución que haga la vida humana sostenible en este planeta amenazado.

Defendió Goytisolo las vías democráticas que han seguido los países árabes que se han desprendido de los yugos dictatoriales pidiendo la salida de Al Asad de Siria y les auguró “un camino difícil” pero venturoso, como el que siguió la propia democracia española desde 1977.

Se congratuló de recibir el premio en Tánger. Desde aquí, decidió enfrentarse “a una patria que había dejado de ser la mía”, y así dio comienzo, con la escritura de aquella novela, “mi literatura adulta; dejé de ser quien fui y me convertí en Don Julián” (en referencia a su novela, 'Reivindicación del Conde Don Julián' )