M. Gharbi.- Tánger
El pan tradicional marroquí hecho en las nuevas panaderías constituye en los últimos años un problema económico hasta el límite de considerar su tema como una crisis para las panaderías españolas en Ceuta y Melilla.
Esta crisis empezó en el año 2005 y llegó a su cumbre con los años 2007 y 2008 y puso fin al activo sector de pan que reinaba desde hace 50 años en las dos ciudades.
El presidente de la asociación de empresarios de las modernas panaderías en Ceuta y Melilla, José Manuel Ruiza, dirigió una carta a las autoridades españolas indicando que la entrada de pan marroquí a las dos ciudades produjo pérdidas en sus panaderías valoradas en millones de euros. La ley del consumidor no incluye artículos que prohiban la circulación del pan marroquí en las dos ciudades.
La propagación y circulación del pan marroquí en Ceuta y Melilla se debe a su adquisición masiva por parte de los consumidores españoles y marroquíes y su bajo precio respecto al pan fabricado en las dos ciudades, puesto que el pan marroquí cuesta sólo 20 céntimos de euro.
El pan tradicional de Marruecos es famoso por su calidad y por su variada gama de clases. Además, a diferencia de muchos lugares en el mundo, en Marruecos todavía es posible encontrar comunidades que hornean su pan ('khubz') en un horno comunitario, un lugar que, como los baños de vapor comunales ('hammam'), enlaza a las comunidades.