La actual cárcel de Tánger se cerrará antes de 2016 según la información facilitada por la Delegación General de la Administración Penitenciaria y de Reinserción, que ha fijado un presupuesto de 2.500 millones de dirhams (unos 226 millones de euros) para mejorar las cárceles en Marruecos, en el marco del plan quinquenal 2012-2016.
Según un informe de la delegación, el primer objetivo es mejorar las condiciones de alojamiento de los presos, y durante este año 2012 se prevén construir seis cárceles con una capacidad para 8.050 reclusos, y la ampliación de dos prisiones. Apunta que "el plan propone la construcción de penitenciarias alternativas fuera de las zonas urbanas y la construcción de cárceles conforme a los estándares internacionales".
Este es el caso de la cárcel de Sat Village, en Tánger que se encuentra en zona urbana cercana a la Universidad. Tánger alberga al mayor número de presos españoles en Marruecos.
Además de Tánger el objetivo del cierre afecta a las prisiones de Ain Kadus en Fez, Bulmharez de Marraquech, Sidi Said de Mequínez y otras prisiones locales en Uchda y Sefrou.
Las cárceles que ya fueron desalojadas del casco urbano son la antigua cárcel de Tetuán; Ghbiyla en Casablanca; Juribga y Beni Mellal.
Además, se están llevando a cabo estudios para la construcción de cinco cárceles en los alrededores de Rabat, con una capacidad no superior a 1.300 reclusos.
El documento asegura que el objetivo de tres metros cuadrados de superficie por prisionero podría alcanzarse proporcionando un espacio adicional de 65.000 metros cuadrados en la diferentes penitenciarias.
El delegado general de la Administración Penitenciaria, Hafid Benhachem, reconoció recientemente que un preso marroquí dispone de media de 1,5 metros cuadrados de superficie, frente a la media internacional de 6 metros cuadrados Benhachem comentó también que hay una superpoblación carcelaria de 18.000 personas, ya que las prisiones marroquíes albergan a 68.000 presos cuando su capacidad es de 30.000.
Por su parte, la parlamentaria Fawziya Labyad, miembro de Comisión de la Justicia de la Legislación y de los Derechos Humanos, criticó en mayo el "hacinamiento" de las cárceles en Marruecos y puso como ejemplo la de Ukacha de Casablanca, donde en una visita encontró a 36 reclusas en una celda de 3x5 metros.
A principios de julio, Amnistía Internacional denunció que la continuidad de las torturas y malos tratos en las cárceles marroquíes siguen siendo "el punto negro" de los derechos humanos en este país.