La tercera ronda negociadora para renovar el acuerdo pesquero entre la Unión Europea y Marruecos comenzó el martes 15 de enero, en el ministerio de Pesca de Rabat y se prolongará hasta mañana en unas discusiones donde primarán los aspectos técnicos.

Por parte marroquí encabeza el equipo negociador la directora de Pesca Marítima y Acuicultura, Zakia Driouich, mientras que el equipo europeo (con fuerte participación española) está dirigido por Stefan Depypere, director de Asuntos Internacionales y Mercados en la Dirección General del Mar.

Fuentes de los negociadores europeos consideran improbable que se pueda cerrar el acuerdo en esta ronda, con lo que se necesitaría al menos otra nueva en Bruselas, ya que puede avanzarse mucho en los aspectos técnicos pero está lejos el acuerdo económico.

Se da por hecho que Marruecos no va a rebajar sus exigencias de 36 millones de euros anuales por el acuerdo, pero entonces la parte europea exigirá más derechos de pesca para hacer el acuerdo rentable y remediar así uno de los puntos débiles del anterior (generalmente considerado como infrautilizado y por ello poco rentable).

Es decir, si se mantuviera esa cifra, habría que aumentar la cuota de capturas para la flota europea, ya sea reconsiderando las millas, el uso de redes o el sistema de descargas en puerto.

Hasta el momento, se sabe que Marruecos ha ofrecido una mayor capacidad de capturas en especies pelágicas, lo que puede interesar a los grandes buques arrastreros del norte de Europa, que pescan miles de toneladas, aunque son especies de escaso valor añadido.

La flota española cuenta menos en toneladas pero pesca especies más rentables (como el atún), y constituía el 80% de los barcos que faenaban en los caladeros marroquíes en el anterior acuerdo.

No es de extrañar que una amplia delegación andaluza -de la Junta de Andalucía y también del sector- se haya desplazado a Rabat para seguir de cerca las negociaciones y tratar de tener alguna influencia.