El arzobispo de Tánger, Santiago Agrelo, se muestra indignado y sin tapujos sobre el drama de los inmigrantes. Ante las cuchillas en la valla de Melilla, escribía lo siguiente: “No, la valla con esas músicas -concertinas-, las cuchillas -que siempre sirvieron para afeitar-, no bastan para disuadir a estos enemigos de nuestro bienestar; por favor, pongan ustedes minas antipersona, y tanques...”, y finaliza con indignación e ironía: “Mañana todos seremos más felices, si estos enemigos dejan la carne colgada en nuestras músicas”.
Esta es la definición que monseñor Agrelo ofrece sobre concertina. Dice: para el diccionario, “especie de acordeón de forma hexagonal”; para la política, “eufemismo musical que encubre un "acordeón de cuchillas para destrozar el cuerpo de los que, sin papeles y con hambre, intentan cruzar la frontera de Melilla”.
Agrelo, natural de Rianxo, es arzobispo de Tánger desde el año 2007, responsable de la catedral católica y de la diócesis de Tánger y es miembro de la orden franciscana.
Críticas de la Iglesia española
La Iglesia española se ha mostrado ya, en varias ocasiones, muy crítica con las cuchillas de la valla de Melilla y su recientemente nombrado secretario general, Jose María Gil Tamayo, lo ha vuelto a repetir pidiendo al Gobierno no considerar enemigos a los inmigrantes: “el verdadero enemigo son las mafias que trafican con ellos". Por ello ha reclamado un esfuerzo por regular la inmigración "para proteger sus derechos".
Tras criticar las cuchillas instaladas en la valla de la frontera de Melilla con Marruecos ha recordado el hecho de que "gran cantidad de jóvenes muy bien preparados están teniendo que emigrar de España", manifestando que él "no querría que se les tratara así".