Najlaa Kounitrate
La nueva política marroquí en el ámbito de la migración y asilo ha sido presentada ante el Consejo de Derechos Humanos (CDH) el martes 4 de marzo en Ginebra por la ministra delegada ante el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Mbarka Bouaida.
Esta política lanzada por el Rey de Marruecos en septiembre de 2013 se basa en un enfoque humano que respeta los derechos de los inmigrantes y es conforme a las políticas nacionales y los compromisos internacionales del país.
Según la ministra, dicha iniciativa que refleja el compromiso de Marruecos a favor de la gestión de los flujos migratorios, ha sido apreciada y apoyada por el conjunto de los socios de Marruecos, entre ellos la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Unión Europea, que la consideran pionera y valiente para servir como ejemplo en materia de gestión de los flujos migratorios.
En este contexto, Bouaida considera necesario que los miembros de la ONU combinen sus esfuerzos para la integración del asunto de la migración en la agenda de desarrollo de los Estados post-2015, y esto será un compromiso concreto de la comunidad internacional para poner en marcha en el tiempo y con una manera efectiva la promoción humana y la protección de los derechos de los migrantes.
Dicha política migratoria consiste en una ‘alianza africana para la migración y desarrollo’, con la participación y apoyo de varios países africanos. Se trata de una iniciativa centrada en una visión común africana y los principios humanitarios que rigen las cuestiones de migración, con base en la responsabilidad compartida entre países de origen, tránsito y acogida, y en la estrecha relación entre inmigración y desarrollo.
En este sentido, la ministra sostiene que “los trabajadores migrantes tienen una doble contribución positiva que contribuye a la prosperidad económica, tanto en sus países de acogida como de origen, y es necesario revalorizar este segmento de trabajadores y proteger sus derechos”.