Como víctima de los atentados del 2003 en Casa de España en Casablanca, “el viernes negro”, un 16 de mayo del 2003, me han marcado y desde luego marcaron la historia contemporánea de nuestro país. Ese día, tocaron el mismo corazón de la identidad marroquí, nuestra singularidad y nuestro multiculturalismo.

 

Es un acto suficientemente grave para pasarlo por alto e intentar comprender lo que pasó, ¿cómo unos jóvenes de 20 años que vivían  unos kilómetros del centro de la ciudad pudieron transformarse en bombas humanas y matar a docenas de inocentes?.

 

Nabil Ayouch director de cine, dijo en una entrevista que leí, que tras estar dos años, en contacto directo con la población del barrio, preparando sus dos películas “Las estrellas de “Sidi Moumen” y “Los caballos de Dios”, pudo constatar que los jóvenes del barrio se sentíantotalmente abandonados, hasta el punto de haber perdido los lazos de identidad con  el resto de la población. Para él la razón es muy simple, el intento de sustituir las chabolas por muebles, el estado ha olvidado un parámetro de gran importancia que consiste en la cultura de proximidad.

 

Los departamentos correspondientes y los responsables políticos cometen los mismos errores que los Estados Europeos en los años 50/60 creando guetos a las puertas de las grandes ciudades, barrios donde la violencia se convierte en la única forma de expresión.

 

Sin embargo, hay medios para remediarlo y cambiar esta tendencia, esta situación. Es a través de la cultura, de las artes, parámetros que tienen un papel fundamental en esta ecuación. Las autoridades locales, por fin, han captado y han recibido el mensaje y han lanzado en este tipo de iniciativa. 

 

Actualmente, estamos convencidos que el único medio para que podamos ayudar a estos jóvenes de Sidi Moumen es permitiéndoles el acceso fácil a la cultura. No a la cultura elitista. Ofreciéndoles una cultura de proximidad creativa, contando sus historias, permitiéndoles que expongan sus talentos y su visión. Estamos convencidos, por otra parte,  que gracias a los centros culturales, saldrán muchas vocaciones emergentes y verdaderos famosos en los próximos años a la manera “des banlieues” en Francia.

 

Estos centros culturales y artísticos otorgarán oportunidades y serán vías de expresión, siempre insistiendo en la formación, a través de cursos de música, danza, canto, teatro, cine, fotos, pintura y de “Master class”. Pero también con creación de espacios para las exposiciones que permitan a los futuros talentos de expresar. Por otro lado, dichos centros, tendrán galerías de arte, salas de cine, teatros polivalente (para la danza, la música, etc.) y bibliotecas mediáticas.

 

El acceso a las actividades tendrá que ser libre con precios simbólicos, pero nunca gratuitos, porque de otra forma se desvaloraría esta enseñanza y el acceso a la cultura. El personal deberá estar bien formado, estar permanente para acompañar estos jóvenes.

 

Prestigiosos artistas del mundo cultural aceptarán, sin duda alguna, participar y animar los « workshops », realizar lecturas o presentar películas, debates, etc.

 

Estos centros tendrán que estar, igualmente dentro de la lista de visitas culturales de la ciudad de Casablanca. Deseamos realmente que los fondos recogidos permitan la concretización de los mismos, por eso, agradecemos de antemano todo tipo de aportación que conviertan en realidad estas iniciativas, gracias a su generosidad.