Najlaa Kounitrate
Rusia decidió el 7 de agosto establecer un ‘embargo total’ sobre muchos productos agroalimentarios provenientes de la UE y Estados Unidos en respuesta a las sanciones impuestas por estos países a Moscú por su papel en la crisis de Ucrania.
Este veto ruso concierne la ternera; cerdo; verduras; hortalizas; frutas; carne de ave; pescado; quesos; leche y productos lácteos. Estas sanciones, con una duración de un año, afectarán no solamente a la Unión Europea sino también a Canadá, Noruega y Australia.
Es cierto que esta decisión es puramente política y pone en juego la economía de varios países, ya que las exportaciones de los productos agrícolas europeos a Rusia tocó los 11,8 mil millones de euros en 2013, o sea el 9,9% del total de las exportaciones de la UE al país.
España vendió el año pasado a Rusia productos agrícolas y alimentarios por valor de 338 millones de euros, lo que le convierte en el quinto país de la Unión Europea más afectado.
Este nuevo embargo no satisface los agricultores españoles que exportan anualmente más de 230.000 toneladas de frutas y verduras de un valor total estimado en 311 millones de euros en 2013.
“Para el Ministerio de Agricultura, el veto ruso tendrá para España un impacto "limitado", ya que el volumen de exportaciones españolas a Rusia de productos agroalimentarios apenas representa el 1,8 % del valor total que España vende al mundo” publica el diario El País.
En este sentido, según los medios de comunicación españoles, la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, "pedirá a la Comisión Europea la retirada de la producción excedente de los sectores que se ven afectados por el veto ruso a la exportación. El objetivo es que, tras la prohibición de entrada de alimentos a Rusia, el producto sobrante no inunde el mercado y hunda los precios".
Por otra parte, esta situación preocupa a los agricultores españoles que temen que Marruecos pueda aprovechar esta coyuntura para acapararse del mercado en Rusia, ya que el reino magrebí es el principal competidor español en agricultura.
La verdad es que este veto es favorable para los exportadores marroquíes de frutas y verduras, porque Moscú dispone de un gran mercado de consumo, y por eso los exportadores marroquíes lo verán como una oportunidad para reorientar algunas de sus exportaciones europeas a Rusia.
Según varios expertos en comercio, los operadores nacionales tienen la capacidad de satisfacer una parte de la demanda de Rusia a pesar de la feroz competencia, por lo cual, la Asociación Marroquí de Exportadores (Asmex) incluirá el mercado ruso como un destino de interés en su Plan de Acción 2013-2015.
Marruecos es el segundo cliente árabe de Rusia, después de Egipto, y Moscú es el quinto socio comercial de Marruecos (la UE como un bloque), con un comercio que representó alrededor de 1,6 millones de euros, o sea un 1,7% del comercio marroquí.
Las exportaciones marroquíes a Rusia están dominadas principalmente por los cítricos, harina y aceite de pescado. En cuanto a las exportaciones rusas, se componen principalmente de petróleo crudo, carbón, el hierro y azufre en bruto.