M. P. - Tánger
La clase política marroqui expresó su indignación ante la actitud de la denominada Aminatou Haidar y manifestó su rechazo de ceder ante "el chantaje". Al mismo tiempo, reniegan de la intervención de España en el conflicto, como potencia extranjera, y vinculan el secuestro de los cooperantes españoles, el domingo en Mauritania, al Frente Polisario, como autores del mismo.
Un comunicado del ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación indica que por Muy Altas Instrucciones del Rey Mohammed VI, una importante reunión ha sido celebrada, ayer martes en la sede del Ministerio con los Secretarios generales y los dirigentes de los partidos políticos nacionales, sin distinción de tendencias, acerca de las últimas evoluciones de la cuestión del Sahara.
Con este motivo, el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Taïb Fassi Fihri, recordó que, ante las avances realizados por Marruecos en la escena internacional a favor de su iniciativa de autonomía, "los adversarios de la integridad territorial desarrollaron una estrategia negativa basada en el bloqueo del proceso de negociaciones de una solución política y su desviación, particularmente, a través de la instrumentalización metódica y perniciosa de la temática de los derechos humanos".
En este contexto, y en el momento en que el enviado especial del Secretario General de la ONU, Christopher Ross, emprendía consultas para la celebración de una segunda reunión informal, varias operaciones, "financieramente apoyadas, diplomáticamente programadas y mediáticamente encuadradas han sido emprendidas por los adversarios del Reino", afirma el comunicado, precisando que el rechazo de Haidar a su nacionalidad marroquí, el pasado 13 de noviembre, y la entrega de su pasaporte marroquí y su documento nacional de identidad se inscriben en este marco.
La reunión ha sido focalizada esencialmente sobre este caso particular, así como sobre la solicitud, expresada ayer, por las autoridades españolas para la entrega del pasaporte marroquí a Aminatou Haidar.
Todos los dirigentes de los partidos políticos nacionales destacaron que Haidar "se metió ella misma en esta situación, al servicio de una agenda política fijada por sus comanditarios exteriores". Además, su rechazo de todas las propuestas presentadas por las autoridades españolas "revela sus verdaderas intenciones", asevera.
Aminatou Haidar, que se benefició de su pasaporte nacional durante varios años, decidió, "en un acto de desafío a las autoridades marroquíes y de provocación hacia los sentimientos nacionales del conjunto del pueblo marroquí, entregar voluntariamente su pasaporte marroquí y su documento de identidad nacional", reitera la misma fuente.
Volvió, conforme a las normas vigentes, a su lugar de embarque, las Islas $Canarias en España, país donde tiene, por otra parte, su permiso de residencia vigente, otorgado sobre la base de título de viaje marroquí.
En estas condiciones, explica el comunicado, el pasaporte marroquí, como cualquier documento nacional oficial, exige respeto y deferencia hacia la Madre Patria y "no puede ser objeto de afrenta, de actos de desprecio, de maniobras bajas o de artimañas sensacionalistas".
El comunicado añade que "todas las fuerzas vivas del país manifiestan su indignación ante la actitud de la concernida y expresan su rechazo de ceder ante el chantaje de A.Haidar y de los que le dan órdenes".
Por todas estas consideraciones y subrayando la importancia de las relaciones bilaterales hispano-marroquíes, los partidos políticos, unánimes, consideran que el asunto no puede ser objeto de una intervención extranjera.
Los partidos políticos llaman al gobierno de Su Majestad el Rey no acceder a la petición de las autoridades españolas, subraya el comunicado.
Por último, la clase política marroquí destaca la coincidencia de este caso con el reciente secuestro de tres ciudadanos españoles, en el territorio mauritano y la implicación demostrada de varios grupos en los actos terroristas en la región y la connivencia probada de personas que viven en los campos de Tinduf, suroeste de Argelia.
Para los partidos nacionales, añade la misma fuente, la situación en la región y su fragilidad exigen un esfuerzo colectivo con el fin de responder al imperativo de seguridad y a las aspiraciones de los ciudadanos al progreso socio-económico y a la integración magrebí, tal como es vivamente deseada por la comunidad internacional.