Texto: Abdelhak Hiri- Errachidia

Durante los ultimos años, el gran oasis de Errachidia, el oasis de Gulmina, entre los más hermosos del sur marroquí, está actualmente en peligro debido a la explotación excesiva del agua.

Errachidia se ha visto muy perjudicada por una escasez de agua continua, a causa de condiciones muy variables e irregulares lo que provocado una fuerte sequía. En el pequeño palmeral de Izilf en el centro del oasis Gulmina, algunos agricultores decidieron enfrentar colectivamente el problema para lo que han creado una cooperativa para administrar colectivamente el agua.

La sobreexplotación y las sequías recurrentes y persistentes obligan a los agricultores de la region a depender en alto grado del riego. Hace ya largo tiempo que en la región de Errachidia los agricultores dependen del agua de algún acuífero subterráneo que recibe el nombre de 'khittaras', que es una estructura importante de irrigación muy antigua que se remonta  a tiempos de la antigua Persia, que cumple una función de canalización del agua subterránea de las colinas para irrigar desde allí el área cultivable.

Pero los años de prácticas agrícolas intensivas han disminuido gravemente el suministro de agua subterránea, lo que ha tenido serias consecuencias sobre la agricultura y ha afectado negativamente a los ingresos de los agricultores.

Este hecho se justifica tomando en consideracion que muchas aldeas han sido abandonadas debido a la extensión de desiertos o a una carencia de agua. Y a medida que el desierto asume el control en zonas cercanas a esa ciudad los granjeros y los pastores se ven forzados a desplazarse, quedando confinados en un área de tierra productiva cada vez más pequeña.

Los refugiados de la desertificación y la escasez de agua terminan a menudo en las ciudades, muchos en asentamientos irregulares. Otros emigran al norte del pais. La escasez de este vital liquido obliga a reiterar nuevamente una llamada a la moderación de consumo por parte de la población. Para los habitantes de la región de Errachidia, para la mayoría de los bereberes, la gestión del agua es no solo una cuestión ecológica, sino una cuestión de vida o muerte.

Llamada antiguamente ‘Ksar es Suk’, la ciudad de Errachidia (100.000 habitantes) es la capital de la provincia del mismo nombre. Errachidia surgió a principios de siglo XX sirviendo de base a la Legión extranjera francesa, así fue construida formando un damero al más puro estilo militar. Esta región es conocida por la belleza de sus oasis, en medio de montañas áridas y de un desierto que se extiende hasta el Sahara Occidental.