Según su informe anual correspondiente a 2014, publicado hoy, el origen de este incremento está en "los conflictos de Oriente Medio, los movimientos islamistas violentos y la afluencia masiva de inmigrantes en Europa".
La Ecri, que analiza el racismo, la xenofobia y la intolerancia en los estados del Consejo de Europa, recuerda que el discurso del odio se difunde rápidamente en las redes sociales y "su audiencia puede ser más amplia que la de la prensa escrita extremista".
El secretario general del Consejo de Europa, Thorbjorn Jagland, señaló que "afrontamos muchas crisis, pero los crecientes antisemitismo, islamofobia y racismo son las amenazas más grandes del futuro de Europa".
Añadió que "los líderes políticos deben tomar acciones decisivas para frenar esta peligrosa tendencia".
El órgano europeo recomienda a sus estados miembros firmar y ratificar el Protocolo adicional al Convenio sobre cibercrimen, relativo a la incriminación de actos racistas y xenófobos, cometidos a través de internet.
El citado protocolo de 2003 está en vigor en 24 de los 47 países del Consejo de Europa, incluido España, pero aún no lo han ratificado Italia, Bélgica, Austria, Irlanda, Hungría, Suecia o Suiza. No lo han firmado Reino Unido, Rusia y Turquía.
El secretario ejecutivo de la Comisión, Stefanos Stavros, señaló ante un grupo de periodistas que hay una "falta de cooperación con EEUU" en está materia.
Stavros adelantó que una delegación de la Ecri visitará España en el primer semestre de 2016.
La Ecri observa un aumento del antisemitismo en las comunidades de inmigrantes musulmanes, en especial entre los jóvenes.
Al tiempo, la islamofobia "continuó envenenando la sociedad europea en 2014", debido, entre otros, a "los políticos populistas, que retratan a los musulmanes en general como incapaces o no dispuestos a integrarse en las sociedades europeas".